Cambalache 3,14 - La vidriera irrespetuosa

El mejor, colgado de las tripas del peor

Mi pandilla juega todos los años en la Feria de Sevilla un partido de futbol intercontinental. No es presunción: alquilamos un autobús y nos vamos a Marruecos, concretamente a Río Martil, la playa de Tetuán, donde jugamos con una pandilla de locales, bastante más jóvenes que nosotros. El ambiente es extraordinario y el tercer tiempo excelente. Además, aprovechamos para hacer un poco de turismo.

Por ejemplo, esta era la página donde se convocaba el partido del año 2000, que empatamos a tres bajo un diluvio alucinante. Un encuentro realmente épico en el que yo jugué en el papel de... fotógrafo, porque me había lesionado el menisco entrenando para la ocasión un mes antes aproximadamente.

Desde entonces (Mayo del 2000, hace más de cuatro años) he acudido en numerosas ocasiones al traumatólogo que me trató de la caída de la bici de montaña (otra larga historia)... el cual me ha estado ignorando y minusvalorando la lesión hasta que, agobiado por los dolores he acudido a otro médico. Este me detectó la rotura del menisco y, lo que es peor, el desgaste producido en los cartílagos después de cuatro años de roce y sufrimiento y, el mismo día de mi cumpleaños (13 de septiembre) decidió operarme, lo que ocurrió el pasado 30.

Sobre la historia de la operación... otro artículo otro día. Además, aún estamos en recuperación. Pero hay más:

A mi suegra la han operado de urgencia de un infarto ocular (por la sanidad privada) tras recetarle el oftalmólogo de la SS unas pastillas antiinflamatorias suaves, despreciando su falta repentina de visión.

Tengo un amigo que probablemente sufra almorranas. El pobre ingenuo fue al (prestigioso) especialista de digestivo, que por supuesto no se dignó mirarle el culo, pero que lo ha enviado a que le hagan un contraste con bario radioactivo que implica estar tres días a dieta brutal.

Otro amigo con -presumiblemente- hongos en los genitales fue despachado por el (mejor) dermatólogo (sevillano) sin darle la oportunidad de bajarse los pantalones para mostrar sus daños. Eso sí, cargado de recetas de corticoides y antibióticos. Por cierto, los tratamientos con antibióticos benefician el crecimiento de los hongos.

Todos conocemos historias como estas. Profesionales presuntamente dedicados a mejorar tu salud, pero únicamente preocupados por su cuenta corriente. Malvados, miserables, sinverguenzas... cada vez más presentes, cada vez más numerosos. Peores que los curas, si tal cosa fuera posible.

Ya comentamos una vez que quizás hubiera que cambiar el modelo y tomar medidas inteligentes:

En la China milenaria, el trabajo de los medicos no era curar a los enfermos, sino más bien mantenerlos sanos. En consecuencia, sus pacientes les pagaban cuando estaban sanos, y dejaban de pagarles cuando enfermaban.

Cuando un paciente moría, la familia del difunto colgaba una lampara en la puerta de la casa del doctor; si había demasiadas lámparas encendidas, el negocio iría mal.

2004-10-22 01:00 | Categoría: | Enlace permanente | Etiquetas: | Y dicen por ahí