La Sevilla se parece tanto a muchas otras ciudades. Por mi parte he vivido en tres diferentes países y ninguno he llamado hogar como España. España, mi Madrid, la Sevilla, el ajedrez envuelto en amaneceres, mi poesía envuelta en sus mujeres. Los balcones y las calles con nombres, historias y leyendas. Donde no existe un producción en masa como StarBucks y todavía se conserva un poco de intimidad y sentimientos en los cafés. Mi España no es como otra, ni como tumi Portugal o México (o esa broma absurda que es Estados Unidos). España, la aventura, el río indominable, el animal prehistórico, el flamenco y uno que otro tango y todas esas velas que se queman rojamente en todas sus iglesias. Esa es mi casa, el hogar que todavía no tengo, y vivo cada día añorando encontrarnos de nuevo ahogándome en sus ciudadesen esos castillos de arena. Que bonito es verla desnuda cada mañana, y sale de mi ventana y de esos callejones ajenos. Sale de esas bestias y guerras taurinas como toreándome a muerte, y cada día es una danza con esa mujer España que es el silencio. Yo guardo ese silencio, que es donde nace mi poesía. Uno se hace como yo por amor a ese silencio que guarda España en su guitarray el verso.
Como tu ya lo sabes ¿Cuál Sevilla? ¿De cuál España estaré yo hablando? Lo mejor es dejar que Sevilla hable por cada uno de nosotros, como si nosotros fuéramos esa cosa ajena que no entiende por completo la ciudad.
|