Cambalache 3,14 - La vidriera irrespetuosa

Eran las tres y media de la tarde. La tienda de todo a cien, situada en la calle Feria esquina con Relator, estaba cerrada. La tranquilidad reinaba en el barrio. Hasta que se escuchó una pequeña explosión que provenía del interior de la tienda.

Comenzó a salir humo y aparecieron las primeras llamas. Los cristales de los escaparates reventaron y lo que era calma se convirtió en gritos de auxilio. Gritos que provenían de las viviendas situadas encima de la tienda, habitadas en su mayoría por personas mayores.

Tres obreros que trabajaban en un inmueble cercano corrieron alertados por los gritos y se lanzaron escaleras arriba para ayudar a desalojar a las personas más mayores. Cuando llegaron los bomberos la tienda era pasto de las llamas, que alcanzaban ya a los pisos superiores, y el humo podía verse desde muchos puntos de Sevilla. Controlado el incendio se comprobó que el edificio no estaba en ruinas y comenzó su trabajo la policía científica en busca de las causas.

Al final, un herido leve por inhalación de humos, una tienda calcinada, los vecinos desalojados sin posibilidad de volver a sus casas en varios días y las quejas por la tardanza de los bomberos.