Cambalache 3,14 - La vidriera irrespetuosa

Quién no es agradecido, no es bien nacido.

Y, aunque nací de cesárea -y fue un parto harto complicado-, tengo a gala agradecer a quién me ayuda.

Y pese a que Edu-Wan, mi amigo especialista en Seguridad de Sistemas Informáticas me reconviene por dar datos de mi vida personal en la bitácora (y no le falta razón, si uno lo piensa, así que no le pongo enlace), alguna vez tenía que decirlo.

Tengo un amigo (mi mejor amigo) que varias veces me ha sacado de enormes apuros y que siempre está ahí dispuesto a todo. Desde escuchar mis paridas hasta echarme esa mano que te rescata del abismo. Y otras muchas cosas que prácticamente solo sabemos él y yo. Cada día agradezco a las diosas que mi amigo exista y que nuestras vidas se hayan cruzado.

Pero es que además, desde hace una temporada, mi amigo tiene novia. Una chica fantástica que le está haciendo feliz como pocas veces lo he visto. Sólo por eso, la novia de mi amigo se merece lo mejor y más. Pero es que, además es la artífice en la sombra de alguna de las mejores entradas de esta bitácora.

Forman un equipo fantástico. Y ahora, es ella quién me ha echado esa mano que te simplifica la vida y te ayuda a resolver un problema fastidioso.

Esto lo va a leer bastante gente, pero lo he escrito solo para vosotros dos: gracias por estar ahí. Gracias por todo. Os quiero.

2005-06-04 21:08 | Categoría: | Enlace permanente | Etiquetas: | Y dicen por ahí