Cambalache 3,14 - La vidriera irrespetuosa

Los Profesores ¡Ay! de las universidades andaluzas hemos analizado con detenimiento la situación en la que nos encontraríamos en caso de ser modificada la actual LOU en los términos del borrador ofrecido por el Ministerio:

1- Desaparecerían todas las figuras de profesorado contratado indefinido a nivel nacional, de modo que quedaríamos a la espera de que la Junta de Andalucía legislara al respecto. Habida cuenta del retraso con el que suele actuar en este tipo de materias, el futuro de muchos de los actuales profesores ¡Ay! se vería seriamente comprometido.

2- Al reducirse las exigencias para acceder a una plaza de profesor ayudante (ya no se exigiría ni el DEA) la finalidad del contrato pasaría a ser aún más inalcanzable para aquellos que realmente accedieran al mismo con la titulación mínima requerida: en cuatro años sería preciso realizar los cursos de doctorado, el trabajo de investigación, la tesis, funciones docentes (preferentemente en distintos ciclos y materias) y publicar en revistas internacionales con índice de impacto y/o libros en editoriales de prestigio. Todos estos aspectos siguen siendo requisitos para que la ANECA (o las agencias autonómicas) concedan la evaluación para profesor ¡Ay! doctor. Es literalmente imposible que en cuatro años un recién licenciado pueda conseguir tales méritos.

3- Esta situación hará que siga siendo tergiversada la figura del profesor ¡Ay!, contratando a profesorado mucho más cualificado de lo en principio requerido, con la finalidad de cubrir la docencia de un modo económico con contratos basura.

4- Aunque desaparecería el absurdo requisito de estar dos años desvinculados de la universidad contratante, el tránsito a la figura de ¡Ay! doctor, previa evaluación positiva, sigue siendo a través de concurso. Consideramos que la evaluación de la calidad habría de ser condición suficiente para que el profesor en formación pudiera continuar en su puesto, sin tener que interponer un segundo concurso antes de llegar al tercer concurso mediante el cuál se obtendría un contrato laboral indefinido. En este sentido, consideramos acertada la reivindicación de la C.R.U.E., según la cual sería preciso unificar las dos figuras de profesor ¡Ay! en una sola, de ocho años de duración.

5- La desregularización impuesta al gobierno por sus socios nacionalistas conduciría a la Universidad Española (en caso de poder seguir utilizándose ese término genérico) hacia una situación de absoluta fragmentación, haciendo proliferar incontables figuras locales que harían impensable el intercambio de docentes e investigadores.


Por todos estos motivos, consideramos necesidades imperativas:


A- Que la carrera docente sea redefinida de modo que la calidad del profesorado en formación se vea recompensada con estabilidad laboral, y no mediante un injusto sistema de concursos sucesivos.

B- Que, puesto que nos están cambiado las reglas del juego sobre la marcha, habría que diseñar para nosotros medidas transitorias similares a las de los profesores contratados bajo la LRU. Muchos de nosotros ya nos vimos afectados por la introducción de la primera LOU, al tener que acceder a puestos por debajo de nuestro nivel de formación. En caso de aprobarse la reforma, aunque la denominación de Profesor ¡Ay! y Profesor ¡Ay! doctor seguirían siendo las mismas, el futuro profesional al que esperábamos acogernos habría desaparecido drásticamente. ¿Acaso puede decirse que seguimos en la misma posición, cuando nos ponen por delante una carrera totalmente distinta?


La reforma de la actual LOU es absolutamente precisa y urgente, pero el borrador ofrecido por el Gobierno no define en absoluto una carrera docente coherente y justa. Por una universidad pública de calidad, decimos

sí a la calidad en la docencia,
sí a la excelencia investigadora,
sí a la ESTABILIDAD en el empleo.