Es una parte del comic del Príncipe Valiente: "En el siglo VI, mientras las hordas salvajes de los hunos azotaban Europa, las epidemias florecían y Roma caía víctima de su propia decadencia, se alzaba en el futuro reino de los francos una fortaleza en medio de la llanura. Su nombre resonaba poderoso e imponente: Andelkrag. Ese nombre era sinónimo de sinceridad, caballerosidad y sentido de la vida. Mientras el continente entero había caído en las sangrientas manos de los hunos, solamente Andelkrag resistía, como único brillo de libertad y de imbatibilidad, en el corazón de una tierra desolada. El Duque de Camoran y sus valientes oficiales repelían los continuos ataques de los asediadores y su éxito se debía a su actitud esforzada, audaz y despreciadora de la muerte, a su confianza en el bien y en sí mismos.
Durante el día resistían en las murallas, luchaban con fervor y coraje, ofrecían su vida por sus compañeros. Y cuando el sol se ponía y la lucha se acercaba al final, se reunían los supervivientes en la sala de los caballeros y festejaban con fragor. Aún cuando el castillo estaba aislado de todo intento de refuerzo, corría el vino entre los amigos y comían todos hasta reventar. Ningún motivo había para racionar alimentos o para cantar más bajito.
Caballeros viajeros, todos aquellos que amaban la belleza, la poesía y las acciones nobles, aquellos que oyeron hablar de Camoran, se dirigieron hacia Andelkrag e intentaron, al abrigo de la noche, llegarse hasta la fortaleza maldita, para pelear y festejar codo con codo con sus habitantes.
Todavía mucho tiempo resistieron los esforzados guerreros las agresiones contra sus ideales y su libertad. Pero llegó el día en que la última gota de vino corrió por sus gaznates, en que no había ya restos de comida, en que el bardo no encontraba las palabras adecuadas. Así que las doncellas se retiraron todas hacia la torre para perecer víctimas de las llamas antes que de los hunos. Mientras tanto, los camaradas vestían en silencio sus armaduras, incluso el bufón y el pinche de cocina lo hacían, y caían sobre las hordas enemigas roturando sus filas cual arado. Aún después de ponerse el sol podían distinguirse algunas figuras heroicas luchando en la oscuridad, pero el cerco se estrechaba en torno a la espada de Camoran..."
Camoran muere finalmente y el PV sobrevive. Envuelve el cadáver en una bandera, lo sube a la torre más alta y lo arroja a la ciudad en llamas gritando: ¡
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