Cambalache 3,14 - La vidriera irrespetuosa


Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé.

Reflexionando sobre la Huelga de la Universidad de Sevilla

Yo no quiero efectos minimizados
ni transiciones generosas


Veréis, tengo tres hermanos que se han convertido en funcionarios en estos últimos años, uno de educación primaria, otro de secundaria y otro de la Consejería de Cultura. Los tres han estudiado su carrera y han dedicado unos meses, pocos, a estudiar sus oposiciones. El más pequeño tiene 27 años y pronto empezará a cobrar su segundo trienio. Por supuesto, una vez sacó las oposiciones le reconocieron el año que trabajó como interino. Supongo que no es necesario que diga que los tres cobran más que yo desde su primer sueldo, a pesar de que empezaran con su trabajo seis o siete años después que yo. No están pendientes de mil convocatorias, ni dedican meses a rellenar interminables aplicaciones, no han hecho cursos de doctorado, ni trabajo de investigación, ni tesis, no compatibilizan tres trabajos a la vez: clases, investigación y gestión, tampoco tienen que preocuparse por el alto impacto de sus producciones, pero no me cabe duda de que, ni la Consejería de Educación ni la de Cultura creen que estén siendo generosos con ellos. No sé si vosotros lo entendéis: mis padres no lo entienden, mis hermanos tampoco, ni mis alumnos y alumnas y, con su incipiente capacidad comprensiva, mi hijo dice desde los cinco años quiero ser maestro, pero no como tú mamá, yo de escuela y es que no le gusta ni tanto ordenador ni tanto viaje (lo del sueldo todavía no lo sabe).

Lo dicho, no quiero efectos minimizados de una ley que justo ahora se está decidiendo. No quiero transiciones generosas. Quiero lo que es justo y necesario. No cobrar tres veces menos que la otra mitad del profesorado dando los mismos créditos, no llegar a los cuarenta dedicando el mismo tiempo a acreditarme que a escribir artículos. Quiero que se reconozca mi trabajo en lo que vale. Que en los complementos autonómicos se reconozcan los esfuerzos de formación, que evolucione el concepto de impacto y se reconozca en todas sus facetas la labor investigadora. Quiero que se le dé a la labor docente universitaria el lugar que tiene, por nuestros alumnos y alumnas y por el futuro de la sociedad y que no quede ahí, minimizada y enmarañada y sujeta a la buena voluntad de quien quiera dedicarle un poco más de su tiempo libre. Quiero trabajar duro y que se evalúe mi rendimiento, porque esto es la universidad, pero no quiero que nadie se siga aprovechando de mi buena voluntad, ni de que esto es mi vocación. En definitiva, quiero dejar de ser generosa. Porque si sigo siéndolo lo que va a ocurrir es que un día me hartaré y me buscaré otra cosa o enfermaré de depresión y me daré de baja, no porque no me guste lo que hago, ni porque me sienta mal con mis compañeros y compañeras de trabajo, ni porque la sociedad no me reconozca como profesora de universidad, sino porque es lo que tiene no ganar lo que uno debería.

A lo mejor algún día mis hermanos se ponen en huelga, por ejemplo, por su salario. Y tendrán razón y, probablemente lleguen hasta el final y no pasará nada. No creo que el consejero de educación crea entonces que mis hermanos lo traicionan. Nuestro rector es el dios de nuestra infancia: ¿si no somos buenos nos retirará su apoyo? Pero si era una cochina huelga de tres días sin exámenes, ¿qué puede eso desestabilizar? ¿Qué daño podía hacer a la institución? Creo que ninguno de nosotros dejaba a un paciente en la mesa de operaciones ¿no? Sólo se dejaban de hacer unos cuántos de exámenes que se harían más adelante. No hubiera pasado nada malo, o al menos no debería pasarlo.

Ayer no salí de la asamblea convencida de la desconvocatoria de la huelga. Sin embargo, valoro los logros y agradezco, como todos, el trabajo de nuestros representantes de ADIUS. Pero no podemos olvidar que la huelga no era contra el rector. La LOU está ahí, ¿qué vamos a hacer? Éste es el momento de demandar la universidad que queremos. Si nos planteamos esto como algo a medio plazo, nos cuelan otra vez la ley. ¿A qué otro sector se le hacen promesas electorales como las que Zapatero hizo y se queda cruzado de brazos? Si sólo estamos ahora mismo motivados o cabreados o lo que sea en esta universidad, habrá que empezar de alguna manera a despertar conciencias, que para eso nos dedicamos al pensamiento complejo. Digo yo.
Victoria Muñoz Tinoco, en la lista de debates de la universidad de Sevilla.

2006-09-14 12:18 | Categoría: | Enlace permanente | Etiquetas: | Y dicen por ahí

Referencias (TrackBacks)

URL de trackback de esta historia http://zifra.blogalia.com//trackbacks/42918

Comentarios

1
De: fanshawe Fecha: 2006-09-15 11:38

Me duelen los cero comentarios aqui. Pero no sé muy bien que decir yo mismo, que me debato entre la dosis de razón que veo en lo que dice y mi repelús crónico hacia el exceso de lloriqueo... no digo que sea un lloriqueo, ojo. Digo que no sé que pensar.



Busca en Cambalache


Blogalia


Categorías:

Archivos:

<Enero 2025
Lu Ma Mi Ju Vi Sa Do
    1 2 3 4 5
6 7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26
27 28 29 30 31    
             

Lista de Enlaces

De interés

E-góticos

Mis otros

FotoFlickr


Blogalia



Versión para la columna lateral


zifra. Get yours at bighugelabs.com/flickr
2003-2006 Zifra Powered by Blogalia