Cambalache 3,14 - La vidriera irrespetuosa


Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé.

Japón día 4: mientras dormías

Ayer fuimos a cenar a la zona de marcha más marchosa y occidentalizada de Tokio. (¿Tokyo?). Confiando en nuestra natural habilidad para la orientación, pues como saben los que nos conocen Almar y yo somos dos GPS andantes, no nos llevamos ni el nombre del bar dónde íbamos. Pudimos solucionarlo sin demasiado esfuerzo (somos MUY buenos), pero se nos hizo un poco tarde y tuvimos que repetir comida en otro Sushi Bar, cosa que no nos importó.

Luego dimos unas cuantas vueltas buscando garitos que no estuvieran ni a reventar, ni con la música muy alta, ni aburridos. Fue difícil. La guía nos había prometido un antro de perversión donde extranjeros borrachos metían mano a japonesas ligeras de ropa (sic). Obviamente, nos tomamos una copa en un lugar que no se parecía nada a esto.

DSC07156.JPGMás tarde, antes de que cerrara el metro, nos volvimos a nuestro barrio. Paseamos un poco por el barrio rojo buscando un lugar donde tomar la última copa. Tras varios intentos fallidos (bares vacíos, trampas para turistas o similares o peores), encontramos dos lugares con buena pinta.

El primero estaba situado en un sótano. Agradable, música suave, unos cuantos japoneses sentados en la barra. Entre ellos, unas cuantas preciosidades orientales. Tanto unos como otras nos recibieron con sonrisas, invitándonos a pasar... hasta que entró la chica que nos acompaña pelirroja que nos deja que le acompañemos. En ese momento cambiaron las caras (y ya es difícil que un japonés la cambie) y nos dijeron que el lugar estaba cerrado. Podéis suponer la razón.

Así que nos fuimos con unas reverencias que fueron cordialmente correspondidas a la primera planta del edificio donde se albergaba un karaoke pequeño. Aunque solo había solo una mesa ocupada por cinco locales ebrios, decidimos quedarnos para que la chica que nos acompaña pelirroja que deja que le acompañemos cumpliera su sueño de cantar en un karaoke japonés. ¡y vaya si lo hizo! Se liquidó el escaso repertorio español del que disponían con un éxito total de crítica y público... y una estafilla con la que el dueño del karaoke nos obsequió como regalo de despedida.

Mientras dormías no he perdido el tiempo. Subí un montón de fotos a flickr (y sigo subiendo, aunque faltan). Leí el correo, trabajé un poco, solucioné un par de asuntos pendientes, chateé con unos cuantos amigos (¡hola!) e hice la maleta para venirnos a Yokohama.

El viaje fue un poco pesadillesco. Cansados, sin apenas dormir, arrastrando las maletas por las escaleras (no todas mecánicas) de la inmensa estación de Shinjuku, con mensajes poco inteligibles en los paneles y cuando al fin aparece el tren, venía lleno.

Pero lleno como solo un tren japonés puede estarlo. Logramos acomodarnos en un vagón y nos pasamos todo el viaje 8afortunadamente no demasiado largo) hasta destino de pie.

En la estación nos esperaba Nakamoto, un geómetra computacional japonés con el que trabaja nuestro grupo de investigación, junto con su hijo de 10 años que se habrá aburrido muchísimo hoy porque no hablaba ni papa de inglés.

P1000011.JPGLa primera sorpresa agradable de las muchas que nos depararía el día fue la comida. Un poco tempranera, eso sí. Nakamoto nos ofrece comer sushi, pero obviamente cambia los planes al decirle nuestro doble menú de ayer y nos lleva a un garito de carretera cutre, pero inmaculadamente limpio a comer tonkotsu ramen, o sea, una especie de puchero con fideos, vegetales, alga nori y carne de cerdo ¡delicioso! Por cierto, muy barato y totalmente recomendable. Si pasáis por Yokohama, daros una vuelta por allí.

P1000058.JPGY después, al Sankeien Garden una mezcla entre gigantesco jardín japonés, parque botánico y pueblo español, pero en local. Muchas casas de madera, algunas visitables por dentro. Estanques, colinas, bosquecillos de bambú. Casi mejor, mira las fotos. Me parece que se merecerá una historia por sí solo.

Probamos el matcha, un té verde (¡Pero verde! Cómo los ojos de quién yo me sé) superconcetrado y amarguísimo. El amargor se combate mezclándolo en la boca con una especie de marrón glacé que se pasa de dulce. La mezcla es maravillosa.

Con los pies cavos destrozados volvemos al hotel. En unos minutos salimos para cenar. A ver qué nos depara Yokohama.

Disculpad de nuevo las prisas. Al menos hoy os he proporcionado un resumen bastante completo, aunque falten enlaces y alguna que otra cosilla por comentar.

Seguiremos informando desde el Océano Pacífico.

2007-06-09 10:51 | Categoría: | Enlace permanente | Etiquetas: | Y dicen por ahí

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Comentarios

1
De: blues Fecha: 2007-06-09 12:01

Seguiremos leyendo (ávidos) desde el Océano Atlántico.. :)



2
De: senior citizen Fecha: 2007-06-09 13:27

.... Y desde el Mediterráneo.



3
De: Lola Fecha: 2007-06-09 17:40

¡Hola! :)



4
De: melocotoncito Fecha: 2007-06-12 17:13

Me toca ser el tonto del pueblo... ¿Qué problema tienen los japoneses con las pelirrojas?



5
De: Zifra Fecha: 2007-06-12 19:18

imagino que no quieren competencia en los puticlubs



6
De: JJ Fecha: 2007-06-12 19:35

Esa guía a la basura!



7
De: Valencia web Fecha: 2011-11-19 17:20

Hola, estoy aquí a través de el buscador y viendo tu blog me doy cuenta que se nota que dominas de lo que escribes. Muy buenos tus artículos en general y este en particular. Añadido a mis favoritos. Saludos desde Barcelona



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