Estamos esperando en el sótano del Hotel donde se nos ha unido Alfonso Alcántara cuando, de repente, llega el Presidente y su séquito. Rápidamente, entramos en una salita acondicionada al efecto; eso sí, sin asientos. Tras un rápido café, para compensar mi no-desayuno, me uno a la conversación con Griñán, al que todo el mundo llama Pepe menos el que parece encargado de protocolo, que le llama Presidente.
JJ, que coordina la Oficina de Software Libre de la Universidad de Granada, abre el fuego hablando del gasto en licencias privativas en la Universidad: pone el ejemplo de la suya, que gasta 10 veces más en licencias de Microsoft que en su oficina. Griñán parece interesarse por el ahorro y cometemos el fallo de no insistir en que la cuestión no es solo ahorrar, sino más bien redirigir la inversión a personal que pueda producir software libre de utilidad para la universidad. En culaquier caso, me causa muy buena impresión el hecho de que realmente parece que Griñán esta ahí para escucharnos y que tiene interés en ello.
En la misma línea, se le propone que los concursos administrativos y los proyectos de investigación y desarrollo financiados por la Junta obliguen a liberar el software producido, ya que ha sido pagado por la Administración. Se le comenta que se da el caso de que software producido en un proyecto financiado por la administración es revendido a la misma tras la finalización del proyecto por los mismos que lo han desarrollado.
Hablamos también de la libertad en las redes y de trasparencia administrativa. Dialoga poniendo ejemplos de algunas iniciativas de la Junta y, por supuesto, le pedimos más. De hecho, se le sugiere la posibilidad de hacer un data.gov, i.e., de liberar los datos producidos por la administración (evidentemente, no los privados) para facilitar la investigación y el desarrollo. Esta iniciativa es simple y barata, sus beneficios potenciales son incomparables con su escaso coste. Desgraciadamente, el tiempo se acaba y no podemos extendernos en ella, aunque confiamos en haber sembrado la idea.
Tampoco nos da tiempo a comentar otros temas que hubieran sido muy interesantes. Como dice en un momento dado Jose Luis, este tipo de actos, son útiles si se repiten y si son más sectoriales. La red es un concepto demasiado amplio, puesto que está involucrada ya en prácticamente todos los sectores y solo tuvimos veinte minutos a repartir entre varias personas para hablar de universidad, educación, derechos, libertades, trasparencia, administración, licencias de software... se quedó casi todo en el tintero teclado.
Mi conclusión, de todas formas, es en principio positiva. Creo que es un primer paso de una nueva forma de hacer política, lo que podríamos llamar Política 2.0. Hasta ahora, los políticos estaban acostumbrados a convocar para que los escucháramos. Al igual que la red ha cambiado de sólo lectura a conversación, ellos deben empezar a escuchar y nosotros a intervenir y crear. Si este tipo de encuentros y esta actitud permanece, habrá que felicitar al Presidente por esta iniciativa. Pero aún tiene que demostrar que esto no ha sido sólo un gesto.
En cualquier caso, hay que reconocer que ni el PSOE ni el entorno del presidente han organizado esto para la foto, que era un temor que compartíamos varios de los asistentes. Obviamente, se ha hecho publicidad y hay aprovechamiento electoralista del acto, como corresponde a un partido pero mi impresión es que había más interés en escucharnos que en que apareciéramos como apoyos independientes a la política tecnológica socialista en Andalucía. Y eso, es de agradecer.