Punto 1: El problema reside en que se cuelan maricones viciosos en los seminarios y hay que eliminarlos.
Punto 2: Seleccionar bien al personal en los seminarios y no admitir a los que sean maricones.
Punto 3: Si se descubre algún seminarista o cura sospechoso, ponerle un triángulo rosa (sobre la sotana) como se hacía en los campos de concentración para que los demás estemos alerta y si se nos cae el mechero al suelo, le demos pataditas hasta la puerta del recinto donde se haya el sospechoso.
Punto 4: Si se descubre algún maricón en el seminario o de cura ya, que no haya sido filtrado por el procedimiento del punto 2,y expulsarlo.
Punto 5: Si se descubre algún seminarista o cura maricón que le mete mano a los niños, hacerle un buen gazpacho con plumas y alquitrán en el nabo. En el caso de que hubiera llegado a más con las criaturitas, una buena navaja de capar cochinos y como el chiste "la capa del cura la pago yo, pero de caparlo me encargo yo". Posteriormente, detener al capón, entregarlo a la policía y expulsarlo de la iglesia.
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