apareciste en la playa con tu marido.
No me atreví apenas a mirarte.
Olías exactamente igual que hace ventiún años,
cuando agarrabas mi sexo suavemente con la boca
como si no quisieras soltarlo jamás.
También me mirabas, recordando lo mismo.
Buscamos lugares comunes, hablábamos él y yo.
Luego se buscaron brevemente nuestras miradas.
Me dijisteis que habíais vuelto a esta ciudad.
Nos despedimos musitando un a ver si nos vemos.
Tú y yo nos fuimos pensando lo mismo.
Ambos sabíamos lo que estaba pensando él.
Me encantaría verte de nuevo,
a veces he pensado en ti.
Me encantaría amarte de nuevo.