Cambalache 3,14 - La vidriera irrespetuosa

La canción que nunca grabó Javier Ruibal (borrador)

En el año 1986 yo era el rey del mundo.

Tenía 25 años, había aprobado las oposiciones de profesor de secundaria y vivía sólo en un apartamento del centro de Madrid. Trabajaba en un bachillerato nocturno en un instituto de barrio con muy buen ambiente. Trasnochaba. Las noticias del SIDA aún no habían llegado. Sexo y vida social eran fáciles para un chavalito de provincias con dinero, tiempo y piso propio en la capital donde aún se movía la movida.

Y una noche de primavera, una amante complaciente me llevó a un garito bajo el viaducto donde tocaba "un cantautor de la bahía de Cádiz que hacía canciones muy bonitas".

Poca gente, un buen sitio para escuchar el espectáculo, dos gintonics muy fríos. Un par de canciones que trajeron recuerdos de mi infancia. Me apreté contra la chica, le di un sorbo a la bebida.

Y empezó a cantar otro tema: la historia de un chaval de la Bahía que se había venido a Madrid. A triunfar. A ser el rey del mundo. Un chaval al que le cantaba en el estribillo: Cambiaste la manzanilla por la ginebra y ahora te crees que eres feliz.

De repente, mi gintonic sabía a lágrimas.

En el año 1986 yo era el rey del mundo. Y creía que era feliz.

2015-07-13 19:22 | Categoría: | Enlace permanente | Etiquetas: | Y dicen por ahí

Referencias (TrackBacks)

URL de trackback de esta historia http://zifra.blogalia.com//trackbacks/75729

Comentarios

De: Zifra

Fecha: 2015-07-13 19:25

He creído durante años que aquel cantautor era Ruibal. Puede que lo fuera, pero la canción es de Juan Antonio Muriel y se llama "una vez más" (http://www.cancioneros.com/nc/15684/0/una-vez-mas-juan-antonio-muriel). Y si alguien tiene una copia, me encantaria volver a oírla, que no lo he hecho desde entonces.

La letra:
---------------------------------------------------------------------

Ya no sabe mirar al horizonte
ni diferencia el viento del sur o el norte,
ahora es un ciudadano
siempre a contramano
del tráfico feroz, del tráfico feroz.

Dejó la manzanilla por la ginebra
y la yerba buena por la buena yerba
y aquella luna clara
por otra conquistada
y parece que es feliz,
y parece que es feliz.

Pero de vez en cuando recuerda el mar
y la felicidad se vuelve melancolía
y así termina el día una vez más.

Se apalancó en un nido de alquiler,
se acostumbró al agobio de no poder
gritar a campo abierto,
mirar el ancho cielo,
y dice que es feliz,
y dice que es feliz.

Pero de vez en cuando por la ventana
se le van las ganas
con las nubes que van pasando
y que lo están llamando una vez más.

Pero de vez en cuando recuerda el mar
y la felicidad se vuelve melancolía
y así termina el día una vez más.

(1982)